Tras cumplir más de 16 años en la empresa siendo uno de los primeros administrativos en formar parte de Miguel García Sánchez, Miguel Salinas se jubila, dejando un hito muy importante y significativo, la creación del Grupo Empresarial La Caña.
Diplomado en Ciencias Empresariales en la Universidad de Granada, Miguel Salinas empezó su andadura en Miguel García Sánchez en el año 1987 como administrativo, desempeñando la función de contable, así como la de control directa con los bancos. Dejó la empresa en el año 1997, para volver en el año 2015, convirtiéndose en el actor principal de la fundación del holding Grupo Empresarial La Caña.
“En aquellos tiempos cuando me incorporé a la empresa, el almacén era prácticamente un espacio de 200 metros. De los temas contables se encargaban las asesorías externas, pero me contrataron para desempeñar esta función junto a Miguel García Puerta”. Además, Miguel es gran conocedor del crecimiento tan rápido de la empresa y de su departamento, “en mis primeros años viví tres ampliaciones del almacén de Puntalón, y cuando volví en mi segunda etapa, me encontré con un magnifico centro de manipulado y confección en Castell de Ferro, y un departamento conformado por más de 15 personas, un síntoma muy positivo de que la empresa estaba y está haciendo las cosas muy bien”.
Tiene claro que el exponencial crecimiento de la empresa de debe al gran grupo humano que lo forma, “yo he tenido la oportunidad de poder trabajar en alguna empresa más, pero en ninguna de ellas he vivido el ambiente tan familiar como el que hay aquí”. Quiero destacar la amplia experiencia de esos compañeros que llevan muchos años en la organización, “los datos reflejan la antigüedad de muchos de los trabajadores, y esto se debe al gran trabajo que hay detrás de todo esto, empezando por la Familia García, quiénes cuidan al detalle de todo, e intentan resolver los posibles problemas o contratiempos que tienen los trabajadores, agricultores y proveedores”.
Miguel lideró proyectos contables muy interesantes dentro de la empresa, y su trabajo ha sido clave en la puesta en funcionamiento del Grupo Empresarial La Caña, que hoy cumple cinco años desde su puesta en marcha. “Jesús García buscaba tener una visión global de todas las empresas, y me encomendaron a mi esta función tan motivadora y apasionante, en la que me tocó dibujar la nueva estructura organizativa que después examinaría y aprobaría el consejo de administración, entro los que estaban el estado de la cuenta de resultados y de los costes de producción del grupo”.
También nos señala la importancia que ha tenido la clara apuesta de la empresa por la innovación y el desarrollo tecnológico. “Es algo que nos diferencia de la competencia, y el ejemplo perfecto es Caña Nature, que estoy convencido que se va a consolidar en un corto plazo, y van a seguir surgiendo nuevos proyectos que serán muy retadores”.
La pregunta obligada era saber a qué se iba a dedicar Miguel tras dejar la empresa y comenzar su etapa de jubilación. “Ahora soy dueño de mi tiempo, dedico un espacio del día a montar en bicicleta, y luego colaboro en la coral motrileña Almiz junto a mi mujer, y en actividades de voluntariado en Motril Acoge. Además, también echo una mano con un banco ético dedicado a financiar operaciones sostenibles y de medio ambiente, por lo que estoy seguro de que no me voy a aburrir”.