Grupo La Caña posee una gran fuerza comercial  gracias a un departamento integrado por profesionales que han sido pieza clave en las expansión de la numerosa cartera de clientes que hoy atesora nuestra empresa. Entre estos compañeros encontramos a Nuria Martín, la más veterana del departamento y espectadora en primera fila de nuestra evolución comercial.

Hace 26 años desde que Nuria se uniera a las filas de la que ya era por aquel entonces una próspera empresa, Miguel García Sánchez e Hijos. Si bien comenzó con tareas administrativas, no transcurrió demasiado tiempo hasta que Antonio García, director del Dpto. Comercial la fichase para su equipo. «A los pocos años Antonio me ofreció trabajar con ellos en el departamento. Para mi era un trabajo desconocido, pero me lo tomé como un reto personal y una apuesta de futuro por parte de la empresa confiar así en mi», recuerda.

Si bien en la actualidad cualquiera puede constatar el poderoso equipo todoterreno que lidera las ventas en Grupo La Caña en el día a día, hace 25 años esas tareas recaían esencialmente en el propio Antonio García, junto a compañeros de larga trayectoria entre nosotros como Miguel Cañadas o Miguel Merlo.

Con el crecimiento que experimenta la empresa, se detecta la necesidad de crear departamentos específicos como fue el caso del Dpto. Comercial. En ese contexto irrumpe en escena Nuria, a quien Antonio delega una serie de competencias, «y gracias eso empecé con una gran cartera de clientes de distintos puntos de Europa que ya eran fieles a la empresa», nos cuenta.

Cuando Nuria va adquiriendo experiencia en este ámbito, se embarca en las que serían sus dos primeras misiones comerciales y las cuales aún recuerda con emoción. «Fue a través de EXTENDA, viaje a Italia y Suiza y de hecho, algunos de aquellos contactos que hice siguen siendo clientes nuestros y trabajo con ellos».

Con el transcurso de los años, ella misma ha visto como crecíamos en el mercado y nuestra constante evolutiva se convertía en consigna. «El cambio ha sido abismal. Antes trabajaba con pocos productos (judías, aguacates, patatas, tomate y pimientos) y ahora en cambio nuestro catálogo suma cada vez más variedades«.

Y es que a fin de cuentas, ante los cambios de la demanda de los consumidores, nosotros no podíamos dejar de reinventarnos. Como ella misma apunta, «antes se vendía esencialmente a granel y ahora se envasa casi todos los productos en unidades de venta y tarrinas, adaptándonos a las tendencias que nos van dictando desde Europa».

El propio departamento también experimenta una necesaria transformación. Si bien Nuria recuerda que en los inicios todas las gestiones pasaban por las manos del propio comercial, desde marcar precios, pasar pedidos o buscar el transporte, «ahora disponemos de personal especializado para cada tarea, un detalle que te hace ver el crecimiento tan grande tanto del equipo, como de la propia empresa».

Pero a pesar del vertiginoso ritmo de trabajo, nuestra compañera asegura que su día a día en la empresa «sigue siendo gratificante a la par que intenso. La mayoría de mis clientes son de mercado nacional, con muchas confecciones y mucha variedad de producto, algo tan laborioso que se me pasa el día volando».

También nos señala la importancia que ha tenido para los comerciales el auge de las nuevas tecnologías, algo que marcó la diferencia en el mundo de las ventas. «Nos ha facilitado mucho el trabajo porque la información la tenemos de inmediato, estamos conectados al cliente, con el transporte y con la empresa en todo momento. Tenemos información real en el acto, algo que hace 25 años era impensable, era todo a base de teléfono y fax».

En un sector tan competitivo y fluctuante como el que nos ocupa, ¿cómo se posiciona tan fuerte un departamento comercial como el nuestro en el denso mercado europeo? Para Nuria, la respuesta es clara «la dedicación y el trato personal con el cliente, algo que todos hemos aprendido de Antonio y sabemos que es fundamental. De otro modo ¿cómo vas a conseguir que confíen en que les vas a mandar el mejor producto posible y cumplir sus expectativas?» explica, al tiempo que llega a una conclusión reveladora «lo que conquistaba ahí fuera es la excelencia de nuestros campos y una labor muy profesional desde el despacho».

Un seguimiento constante, cercanía, ser resolutivos y tener capacidad de respuesta, son algunas de las características que definen el trabajo de una máquina perfectamente engrasada como es nuestro departamento comercial. Pero si hay un factor que para Nuria resultó determinante en la labor de ventas, fue instaurar la planificación de campaña. «Nos ha permitido consolidar aún más nuestra cartera de clientes porque para ellos una garantía de suministro les afianza su confianza en nosotros, en que cubriremos sus necesidades porque ellos ya saben que aquí hacemos programas y se cumplen».

Destacado: «Lo que conquistaba ahí fuera es la excelencia de nuestros campos y una labor muy profesional desde el despacho».

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