La Responsabilidad Social Corporativa ha cobrado un enorme valor a ojos de una sociedad especialmente crítica frente a las injusticias sociales, el trabajo infantil y las condiciones inaceptables de algunos trabajadores.

Importancia del certificado GRASP

Conscientes de que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se estaba convirtiendo en un importante condicionante en los mercados europeos, desde GlobalGAP, principal norma de buenas prácticas agrícolas de nuestro sector, decidieron apostar por el desarrollo de un módulo específico conocido como GRASP, una normativa que evalúa los riesgos de las prácticas sociales de las producciones y explotaciones agroalimentarias y cuyo fin último es el de garantizar el bienestar social.

La certificación GRASP avala las prácticas de responsabilidad social implantadas en la explotación agraria auditada, la cual debe disponer previamente del certificado GlabalGAP, conocida por la práctica totalidad de nuestros agricultores.

GRASP se basa en el bienestar social, defendiendo que las buenas prácticas agrícolas no sólo se deben aplicar a los productos, si no también a las personas. Así GRASP, que en español traduciríamos como “Evaluación de Riesgos GlobalGAP para las Prácticas Sociales” pretende precisamente llevar a examen esas prácticas sociales en la explotación agraria, evaluando de modo pormenorizado temas tan específicos como la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores.

GRASP presta ayuda y recursos con el fin de dar soporte a los productores capacitándoles para establecer un buen sistema de gestión en sus cultivos, al tiempo que ofrece a los compradores y consumidores un producto con garantías adicionales. Pero más allá de estas dos ramificaciones de la norma, la prioridad es proteger el recurso más importante de la explotación, el factor humano.

En Grupo La Caña nos sentimos orgullosos de poder afirmar que desde 2013, año en el que comenzamos con las auditorias de GRASP con tan sólo 16 agricultores en aquella campaña, hemos conseguido que todos nuestros profesionales agrícolas estén certificados en GRASP y los que aún no han obtenido esta certificación, ya se encuentran en pleno proceso para ello.

Nuestros profesionales agrícolas están certificados en la actualidad en la versión V.3. de GRASP, la cual renuevan con una periodicidad de carácter anual en los meses de enero, si bien es cierto que hay varias ampliaciones de plazo a lo largo de todo del año para aquellos agricultores que acaban de comenzar con sus producciones.

¿Qué beneficios aporta GRASP a las fincas agrícolas?

Valor añadido de los productos alimenticios que se comercializan en el mercado nacional y europeo.

Diferenciación con la competencia del propio sector hortofrutícola.

Mejora del sistema de gestión y prácticas sociales de la explotación agrícola.

– Fortalece los derechos de los trabajadores.

– Mejora el sentido de la responsabilidad de los trabajadores hacia la explotación agrícola.

Reduce los costes de nueva contratación y reemplazo de personal existente, ya que ayuda a conservar a los trabajadores buenos y cualificados.

– El buen trabajador estrecha un lazo de fidelización con la empresa.

– Reduce los costes por accidentes.

– Crea un ambiente de trabajo positivo, estableciendo condiciones y tareas más claras.

Fomenta la participación de los trabajadores.

– Demuestra ante la sociedad el compromiso de la finca agrícola con la responsabilidad social corporativa.

Aumenta su estatus entre los proveedores y sus clientes potenciales.

– Puede hacerse conjuntamente con la auditoría GlobalGAP, siendo los costes adicionales mínimos.

– Ofrece a tus compradores una garantía adicional.

– Protege el recurso más importantes de la explotación agrícola, las personas.

Fuentes:

www.globalgap.org

www.ifydaconsultores.com

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