El consumo de alimentos personalizados podría ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades de gran incidencia en la sociedad actual.
Entre las enfermedades de mayor incidencia en la sociedad pueden destacarse las enfermedades cardiovasculares ya que constituyen, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal causa de defunción en todo el mundo. Entre estas enfermedades destaca el ictus, también denominado accidente cerebrovascular, por ser la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda entre los hombres, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN). A pesar de que la mortalidad por ictus ha descendido en los últimos años, su incidencia sigue aumentando y las consecuencias de padecerlo pueden producir, además de una gran discapacidad, deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas como la demencia, por lo que encontrar herramientas que puedan contribuir a su prevención resultaría de gran relevancia.
En este sentido, se considera que un alto porcentaje de las enfermedades cardiovasculares podrían evitarse actuando sobre los factores de riego modificables, entre los que la OMS destaca el consumo de tabaco, la inactividad física y una dieta desequilibrada. La alimentación puede por tanto jugar un papel de gran importancia dentro de las acciones preventivas frente a estas enfermedades y más aún, la continua aparición de evidencias científicas que acreditan cómo a través de la dieta se pueden modular algunas funciones fisiológicas específicas en el organismo y favorecer así el bienestar y la salud.
La percepción de que la alimentación puede influir directamente sobre la salud y la creciente preocupación del consumidor por su bienestar, han tenido como consecuencia que la industria alimentaria se encuentre con el reto de investigar y desarrollar alimentos innovadores que hayan sido diseñados específicamente para mantener la salud y/o prevenir algunas enfermedades, es decir, los conocidos como alimentos funcionales. El desarrollo de estos alimentos es realizado principalmente a través de la adición de compuestos bioactivos con actividad demostrada sobre la salud, obtenidos a partir de fuentes naturales tales como plantas, alimentos, e incluso subproductos de la propia industria alimentaria, ya que muchos de estos subproductos constituyen una destacable fuente natural de carbohidratos, polisacáridos y moléculas bioactivas, como proteínas, vitaminas, minerales, antioxidantes, inmunoestimulantes, entre otros.
En este contexto surge el proyecto FOOD4STROKE, en el cual el Grupo Empresarial La Caña colabora con otras 6 empresas alimentarias españolas (Indukern, S.A., Acer Campestres, S.L., Cosmos Aromática Internacional, S.A., Dcoop Sociedad Cooperativa Andaluza, Go Fruselva S.L. y ECONATUR), una empresa del sector sanitario (HT Médica) y organismos de investigación relevantes como Fundación TECNALIA Research & Innovation, FISEVI-IBIS, IBVF y el CSIC. El objetivo principal del proyecto es desarrollar, mediante procesos de extracción sostenibles, novedosos ingredientes con efecto neuroprotector a partir de materias primas procedentes del sector agroalimentario para el posterior desarrollo de alimentos funcionales que ayuden a la prevención de enfermedades cerebrovasculares.
El consorcio del FOOD4STROKE dispone de materias primas ricas en fitoquímicos y otros compuestos como minerales, con gran potencial efectivo para alcanzar los objetivos del proyecto, entre las que se encuentran: el olivo y los subproductos derivados de la producción de aceite, plantas como el Aloe vera, subproductos del procesado de vegetales, subproductos del origen animal (lácteo), y materias primas aportadas por el Grupo La Caña ricas en moléculas bioactivas, como son los subproductos generados en el procesado de frutas subtropicales como el mango o la chirimoya y del aguacate.
Para el desarrollo de los ingredientes buscados en el proyecto, se estudiarán sinergias entre compuestos activos no exploradas con anterioridad y su eficacia será evaluada a través de un novedoso ensayo clínico llevado a cabo con pacientes con alto riesgo de padecer ictus. Los ingredientes neuroprotectores serán finalmente incorporados a distintas matrices alimentarias con el fin de desarrollar innovadores alimentos y complementos alimenticios que permitan al consumidor disponer de una serie de productos que contribuyan a la prevención de este tipo de enfermedades cerebrovasculares.
El proyecto contempla además el desarrollo de un novedoso sistema de manejo agrícola basado en la bioestimulación, con el objetivo de obtener cultivos en los que se potencie de forma natural la generación de materias primas ricas en los compuestos activos neuroprotectores identificados en el proyecto.
FOOD4STROKE comenzó en octubre de 2019 y finalizará en el mes de septiembre de 2023, y ha sido financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) dentro del Programa Estratégico de Consorcios de Investigación Empresarial Nacional (CIEN) del año 2019.