Las fincas de mango se extienden más allá de la Costa Tropical. Las plantaciones de esta rica fruta subtropical se cultivan en buena parte de la provincia de Málaga, y son, desde el inicio de nuestra andadura en la comercialización de subtropicales, un baluarte para la marca La Caña. Hasta allí hemos viajado para conocer la historia de los hermanos Sánchez Montoya, agricultores vinculados a Grupo La Caña y que son embajadores de una agricultura responsable y profesional.

El cultivo de mango en sus diferentes variedades ha experimentado una importante expansión en los últimos quince años en la provincia de Málaga. Los hermanos Sánchez, José y Juan Fernando nos abren las puertas de su finca, anclada en una zona excepcional en Trapiche, donde tienen sembrados unos 7.000 arboles de la variedad Osteen, pero nos comentan, que no dejan atrás la posibilidad de empezar con otras variedades como más tardías como Keitt y Kent, “nunca imaginamos que desde que empezamos a cultivar mangos en el año 2000, íbamos a tener tantos árboles plantados, y es que cada día disfrutamos más de este oficio, y esto, se lo debemos a nuestro padre, que fue el que nos inició el mundo de la agricultura”.

 

 Hace más de cinco años que los hermanos Sánchez llevan vinculados a Grupo La Caña para la comercialización de sus mangos, gracias a la fortuna de encontrar a Antonio Arcas (colaborador de Grupo La Caña). “Conocimos a Antonio por medio de un familiar nuestro y creemos que es la mejor decisión que hemos podido tomar, puesto que nos va genial y el trato es inigualable”. Además, aseguran que la transparencia, han sido clave para continuar junto a Grupo La Caña, “sinceramente, lo que nos ha empujado todos estos años a estar codo con codo con la empresa, han sido la confianza, la formalidad y la seriedad, porque lo que te prometen, lo cumplen”.

 El mango es un producto que está de moda y no es casualidad, gracias a su versatilidad en la alimentación y a las magníficas propiedades nutricionales que presenta, “los consumidores lo incorporan cada vez más a sus dietas, ya que es una fruta muy completa y que tiene infinidad de funcionalidades”. Por otra parte, aseguran que los consumidores son cada vez más críticos y se encuentran más informados sobre los productos, “pensamos que un consumidor está dispuesto a pagar un precio mayor por un mango de aquí que uno de importación, ya que están aprendiendo a conocer las peculiaridades y ventajas de uno y de otro, y como un mango de Málaga y de la Costa Tropical no hay nada mejor, su calidad, sabor, color y azúcar son incomparables”.

 Cada vez hay un mayor porcentaje de mangos destinados al mercado interior y los hermanos Sánchez lo tienen claro, “el mango ya no se mira como una fruta exótica, sino como una opción para incorporarse en la dieta habitual, siendo un producto cada vez más interiorizado por los consumidores españoles”. Tal es así, que nos aseguran que la pandemia no les ha planteado problemas para la venta de su fruta, al contrario “el mango tiene un mercado muy sólido, además, los consumidores durante estos meses han demandado más nuestra fruta. Su consumo ha aumentado, y estamos convencidos de que esto ha venido bien para que los consumidores españoles reconozcan y defiendan más lo nuestro”.

 

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