En los últimos años se ha empezado a hablar sobre bioeconomía, economía circular y bioeconomía circular, pero ¿sabemos realmente las diferencias entre estos conceptos?

El término bioeconomía fue introducido por primera vez por Nicholas Georgescu en su libro “La ley de la entropía y el proceso económico” en el que insertó el desarrollo económico en el flujo energético de la biosfera, planteando el desarrollo económico como una extensión de la evolución biológica. Más tarde, Mansour Mohammadian y René Passet establecieron que la bioeconomía es una síntesis de la biología con la economía.

A su vez, la economía circular es un concepto que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo, materia sobrante, agua y fuentes de energía.  Se basa en el principio de “cerrar el ciclo de vida” de cualquier producto.

Bioeconomía circular es, por tanto, la integración de la bioeconomía y la economía circular, donde la sostenibilidad en el uso de los recursos es la clave.

La Comisión Europea publicó en 2010 “Comunicación Europa 2020. Una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador” para poner de manifiesto que los retos del clima y de los recursos requieren la adopción de medidas en todos los ámbitos. Consecuencia de ese documento, en España se publicó “Estrategia Española de Bioeconomía Horizonte 2030”, publicada en 2015, que incluye medidas para lograr el desarrollo de la bioeconomía como suma de todos los sectores que utilizan de manera integral los recursos de origen biológico para poner en el mercado nuevos biomateriales y bioenergía; como resultado de estos documentos en Andalucía se publicó la “Estrategia Andaluza de Bioeconomía, la cual coincide en esencia con la nacional y europea, basada en la producción y uso de recursos biológicos renovables y su transformación sostenible y eficiente en productos biológicos, bioenergía y servicios para la sociedad.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)  instan a todos los países, a adoptar medidas para promover la prosperidad al tiempo que protegen el medio ambiente. Reconocen que las iniciativas para acabar con la pobreza deben ir de la mano de estrategias que favorezcan el crecimiento económico y aborden una serie de necesidades sociales, entre las que cabe señalar la educación, la salud, la protección social y las oportunidades de empleo, a la vez que luchan contra el cambio climático y promueven la protección ambiental. Los 17 puntos que marcan los ODS, giran en torno a cubrir las necesidades previamente mencionadas y en un marco de desarrollo sostenible.

Es así como la agricultura, la ganadería, la agroindustria y la pesca, se configuran como sectores estratégicos ya que deberán responder al desafío de seguir produciendo alimentos sanos y saludables, en cantidades suficientes, de manera sostenible y mediante el uso eficiente de los recursos. Como factores clave para fomentar el cambio que significa la bioeconomía hay que destacar la innovación, la ciencia y la investigación, imprescindibles para marcar la dirección hacia un uso más eficiente de los recursos, al igual que el fomento de alianzas y sinergias en el ámbito empresarial y una adecuada transferencia y comunicación de las ventajas que supone la bioeconomía para las personas consumidoras.

Tendencias en Grupo La Caña

Desde hace unos años en Grupo La Caña se están llevando a cabo una serie de proyectos encaminados a una producción de alimentos más limpia, sostenible y circular, dando a conocer el valor de nuestro trabajo, cuyas bases son: aprovechamiento máximo de materias primas, revalorización de co/subproductos procedentes de nuestra actividad y el cuidado y conservación del medio ambiente. Fruto del trabajo, actualmente se están llevando a cabo numerosos proyectos:

  • Biorefina, el cual busca un aprovechamiento de restos vegetales procedentes de la actividad de la empresa (destrío, podas y basura orgánica) para producir biogás, biofertilizante líquido y una enmienda sólida con función de compostaje.
  • Reinwaste, proyecto europeo en el que actuamos como validadores de las soluciones innovadoras de residuos inorgánicos a nivel agrícola como pueden ser rafias biodegradables, colmenas plastic-free, plásticos larga vida, etc.
  • Eficiencia de riego, en el que mediante distintos sistemas de riego se estudia reducir al máximo el consumo de agua y fertilizantes, así como contaminar menos el medioambiente y ser más sostenibles.
  • Aguacavalue, se investiga una segunda vida al aguacate no comercial resultante de nuestra actividad para obtener productos de alto valor añadido como piensos de origen animal y productos cosméticos.
  • Bloom, en la cual formamos parte del clúster andaluz de bioeconomía, que busca acercar la bioeconomía a toda la sociedad, entre muchos otros.

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