BIO CAÑA, mucho más que ecológico
Mucho hemos hablado sobre la agricultura ecológica como sistema de gestión agrícola y producción de alimentos que combina las mejores prácticas ambientales, un elevado nivel de biodiversidad, la preservación de recursos naturales, la aplicación de normas exigentes y una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales.
El consumo de frutas y verduras ecológicas hace años que dejó de ser una moda en los mercados, para ser un hábito de consumo instalado en gran parte de la población y que seguirá creciendo. Europa quiere comer sano, natural y libre, quiere consumir productos ecológicos con garantía, atractivos y con sabor.
La alimentación ecológica se encuentra más arraigada en Reino Unido, Alemania y Dinamarca, sin bien vemos un aumento considerable en Francia y el resto de países nórdicos. Se sigue considerando el consumo ecológico como la asignatura pendiente en España, si bien estamos creciendo en demanda nacional, pues el consumidor está abandonando la idea de la huerta local para confiar en marcas de producción ecológica que ofrezcan garantías.
BIO CAÑA es mucho más que una marca comercial, es una filosofía, un proyecto con principios y valores propios, asociados a un origen único, que respeta las temporadas propias de cada cultivo diversificado en una reducida zona geográfica que nos permite ampliar y mantener el calendario de producción.
Nuestro entorno es clave, pues reúne condiciones para el desarrollo de este tipo de agricultura por su favorable climatología y la cercanía al consumidor europeo, que contribuye a un mayor ahorro energético en el transporte y emisión de CO2 a la atmósfera.
Sólo las mejores producciones dan los mejores frutos, y aquí en es donde entra en juego el buen hacer de nuestro equipo técnico, desde la selección de las mejores semillas, la recuperación de la fertilidad de la tierra y su capacidad de producción, el exhaustivo control del proceso de maduración natural, junto al estudio y elección de las mejores variedades para este tipo de producción, un trabajo clave que da garantías al agricultor.
Desde que empezáramos a producir en ecológico con pepino y tomate, firme ha sido nuestra apuesta por el sabor y la calidad no reñidos con el atractivo de unos productos que gustan y enamoran a primera vista al consumidor. Los esfuerzos no han sido pocos, pero hemos conseguido ofrecer al exigente mercado unos productos más sanos y de gran calidad atractivos para el consumo de todos los públicos.
BIO CAÑA ofrece una importante cartera de frutas y hortalizas que recientemente ha ampliado su oferta pasando a servir 13 productos en una gran gama de formatos. El pepino holandés junto al pimiento california (rojo, verde y amarillo) a los que se suman varios tipos de tomate (cherry rojo, cherry rama, cherry pera, tomate pera Caniles y sobre todo tomate en rama), han conseguido afianzar nuestra marca de ecológico con nuestros clientes, permitiéndonos así, introducir nuevos productos ya consolidados como el calabacín, que nos posiciona como referencia con nuestros clientes.
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Apostados en el trópico de Europa, en el sur de la provincia de Granada y Málaga, los productos subtropicales son seña de identidad para BIO CAÑA. Trabajamos con aguacate y mango de temporada, con variedades que se caracterizan por su gran sabor y textura, claves para la cesta de la compra de un consumidor exigente en el paladar y riguroso con el método de producción.
Actualmente, ponemos en el mercado más de 18 millones de kilos de producto ecológico, nuestro crecimiento ha sido exponencial desde que naciera BIO CAÑA, y nuestra previsión es crecer un 10% más si los ciclos nos lo permiten.
La elección de los formatos, la imagen de marca y el etiquetado ha sido clave para poder diferenciar el resultado del trabajo de los agricultores de Grupo La Caña, unos productos de primera, con garantía, fruto de un trabajo coordinado y planificado, que ejerce un doble papel social, aportando, por un lado, productos ecológicos que responden a la demanda de los consumidores y, por otro, contribuyendo a la protección del medio ambiente y al desarrollo rural.